viernes, 4 de octubre de 2013

CARTA DEL MINISTRO PROVINCIAL



CARTA DEL MINISTRO PROVINCIAL POR LA FIESTA DE SAN FRANCISCO:

Celebramos la fiesta de San Francisco, el Santo de todos, que se  ha ganado el cariño y la admiración de muchas generaciones, viviendo el Evangelio  y presentando un proyecto de vida  y la fuerza de un testimonio  radical, amoroso y personal.  Su "fraternidad universal", se expresa en su amor por  sus "hermanos" - hombres y mujeres, ricos y pobres, enfermos y sanos, fieles y pecadores,  creyentes y no creyentes, todos los animales y la naturaleza, y nos revela un alma en  la que Dios es indivisible, un alma alimentada por las verdades de la fe y entregada por completo a Cristo.

El papa Francisco y san Francisco de Asís. "Algunos no sabían por qué el Obispo de Roma ha querido llamarse Francisco. Algunos pensaban en Francisco Javier, en Francisco de Sales, también en Francisco de Asís. Les contaré la historia. Durante las elecciones, tenía al lado al arzobispo emérito de San Pablo, y también prefecto emérito de la Congregación para el clero, el cardenal Claudio Hummes: un gran amigo. Cuando la cosa se ponía un poco peligrosa, él me confortaba. Y cuando los votos subieron a los dos tercios, hubo el acostumbrado aplauso, porque había sido elegido. Y él me abrazó, me besó, y me dijo: «No te olvides de los pobres». Y esta palabra ha entrado aquí: los pobres, los pobres. De inmediato, en relación con los pobres, he pensado en Francisco de Asís. Después he pensado en las guerras. Y Francisco es el hombre de la paz. Francisco de Asís. Para mí es el hombre de la pobreza, el hombre de la paz, el hombre que ama y custodia la creación; en este momento, también nosotros mantenemos con la creación una relación no tan buena. Es el hombre que nos da este espíritu de paz, el hombre pobre... ¡Ah, cómo quisiera una Iglesia pobre y para los pobres!

El amor de Francisco hacia Dios, se convierte a su vez en amor a sus hermanos y hacia toda  la creación. El amor por todas las criaturas es el reflejo del amor de Francisco por el Creador. Francisco ha querido adherirse profundamente a Cristo, imitando su vida y su muerte con tal fidelidad, que llega a ser su imagen perfecta. Ha querido seguir las huellas de Cristo y vivir como Él.  Ha buscado su dicha en conquistar a Cristo, poseerle y transformarse en Él. Este fue su principal  objetivo al intentar reproducir los gestos de Cristo y las escenas de su vida.

 En lo referente a su amor por la Iglesia, Francisco tomó a la letra las palabras que le dirigió  el Crucifijo de San Damián: “Vete, repara mi casa, que, como ves, se viene del todo al suelo”.  Con sus propias manos, Francisco reconstruyó y restauró los muros vacilantes de esta iglesia.  Pero su mandato era mucho más vasto y exigente, y Francisco casi sin darse cuenta al principio, lo siguió con fidelidad prodigándose con sus hermanos en la reforma de la Iglesia, por la predicación  y por el ejemplo, siempre en perfecta obediencia a la legítima Autoridad eclesiástica.

En tiempos de Francisco no faltaban quienes querían ser de Cristo pero sin tener a la Iglesia  por intermediaria. Francisco permaneció totalmente ajeno a estos grupos y a sus ideas.  Él veneraba a la Iglesia romana a quien llamaba” nuestra madre” y la consideraba regla de fe. San Francisco “reparó” la Iglesia suscitando un movimiento de reforma que tuvo y sigue teniendo  una influencia benéfica sobre la vida cristiana: sin ponerse contra ella, sin ignorarla, pero permaneciendo como hijo ferviente y obediente. Por ello, la reforma aportó frutos abundantes.

La sociedad de nuestro tiempo, de manera más amplia que en la época de san Francisco,  vive un conflicto delicado, en el campo social,  económico, político y religioso. Y a escala internacional, está agredida por el fenómeno  sangrante del terrorismo, de la guerra y la violación de los derechos humanos. Frente a este horizonte, san Francisco propone de nuevo l hombre de hoy  y a los pueblos la necesidad y urgencia de un diálogo auténtico desde la verdad, la libertad y el amor recíproco.

Esta invitación de san Francisco reviste hoy para nosotros un significado muy especial. El observar con todo el corazón representa un gran compromiso, desde el momento que nos encontramos viviendo  a veces en la prisa, en la confusión de mensajes e información  que veces son contradictorios. La distracción permanente hace difícil a veces la custodia y escucha de la Palabra y la superficialidad de la vida en la que estamos muchas veces  inmersos. El Papa, en Asís, será muy consciente de que ya no es sólo la Iglesia la que hay que reconstruir, sino también el mundo. La Iglesia, hoy, quiere dialogar con el mundo y, de esta manera,  contribuir a encontrar caminos que ayuden a superar la crisis actual y aprender las lecciones que se derivan de ella para el futuro.

A todos los hermanos de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú, a todos los franciscanos y franciscanas, les deseo: ¡¡¡¡¡ Felices Fiestas del Seráfico Padre San Francisco….¡¡¡¡

Lima, octubre del 2013

                               FR. L. Enrique Segovia Marín, ofm

                                            Ministro Provincial


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