
PLEGARIA EN EL DIA DE SU TRANSITO
DE Fr. Anselmo Díaz
Rodríguez OFM.
Marta dijo a Jesús: "Señor,
si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que aun ahora,
Dios te concederá todo lo que le pidas". Jesús le dijo: "Tu hermano
resucitará". Marta le respondió: "Sé que resucitará en la
resurrección del último día". Jesús le dijo: "Yo soy la Resurrección
y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree
en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto? Ella le respondió: "Sí, Señor, creo
que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo" (Jn
11,21-27).
Si nuestro padre San Francisco de
Asís llama hermana a la muerte, no es porque, ignorando su carácter terrible e
inexorable, la idealice falsamente, sino porque la une inseparablemente a la
muerte redentora de Cristo y por eso la acepta alegremente de manos del Padre
celestial. Está profundamente convencido de que sólo hay que temer la segunda
muerte, la muerte que aleja eternamente de Dios a aquel (Ap 2,11) que concluye
su vida en estado de muerte espiritual. En cambio, la muerte del justo, que ha
fundido su voluntad con la de Dios, se vuelve «puerta de la vida» (2 Cel 217).
La muerte y la glorificación de Cristo fueron la luz que iluminó el tránsito de
Francisco. Apuntando su mirada, por encima del paso temible y obligado para
todos, a la meta gloriosa, canta justamente la ayuda fraterna que le ofrecerá
la muerte abriéndole la puerta que conduce a la alegría sin fin. En esta
perspectiva, las Alabanzas de las criaturas, incluida la estrofa de la muerte,
son un canto eminentemente pascual. Así se explica la alegría que envuelve la
muerte de Francisco que exclama al momento de su muerte: “Bienvenida sea mi
hermana muerte” e invitó a sus hermanos a cantar aquella estrofa:
“Loado seas, mi Señor, por
nuestra hermana la Muerte corporal, de la cual ningún hombre viviente puede
escapar. ¡Ay de aquellos que mueran en pecado mortal! Bienaventurados aquellos
a quienes encontrará en tu santísima voluntad, pues la muerte segunda no les
hará mal” (LP 7).
¡Oh Jesús, único consuelo en las
horas eternas del dolor, único consuelo sostén en el vacío inmenso que la
muerte causa entre los seres queridos! Tú, Señor, a quién los cielos, la tierra
y los hombres vieron llorar en días tristísimos; Tú, Señor, que has llorado a
impulsos del más tierno de los cariños sobre el sepulcro de tu amigo Lázaro;
Tú, ¡oh Jesús! que te compadeciste del luto de un hogar deshecho y de corazones
que en él gemían sin consuelo; Tú, Padre amantísimo, compadécete también de
nuestras lágrimas al perder un hermano nuestro y querido amigo y padre Fr.
Anselmo Díaz Rodríguez OFM. Hijo predilecto de nuestra amada Provincia Franciscana
de los XII Apóstoles del Perú, a quien hoy convocas a la otra vida.
¡Oh piadosísimo Jesús! y por tu misericordia
concédenos que los que aquí en la tierra hemos vivido atados con los fortísimos
lazos de cariño, y ahora lloramos la ausencia momentánea del ser querido: Fr.
Anselmo Díaz Rodríguez OFM nos reunamos
de nuevo junto a Ti en el Cielo, para vivir eternamente unidos en tu Corazón.
Querido hermano y Padre Fr.
Anselmo Díaz Rodríguez OFM. Descansa en paz e intercede desde la eternidad por
tus hijos de tu amada madre Provincia Franciscana de los XII apóstoles del Perú,
que seguiremos tus pasos anunciando el
evangelio al Perú y el mundo. Amen.
Historial de Fr. Anselmo Díaz
Rodríguez OFM.
A los 84 años de edad, Fr.
Anselmo Díaz Rodríguez OFM falleció en la madrugada de hoy 27 de junio en el
Convento de San Francisco de Lima, donde vivía dedicado a la oración y el
trabajo religioso. El sacerdote nació en
Canarias (España) el año de 1932 y durante más de cincuenta años trabajó en la
Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú.
En su juventud fue militar
durante el período franquista en España, pero pudo más la vocación religiosa y
el deseo de servir a Dios y a los más necesitados. Motivado por los consejos y
ejemplo de Fr. José Mojica en Venezuela, Fr. Anselmo tomo la decisión de seguir
a Cristo al estilo de San Francisco.
Ingresó a la Orden de los Frailes
Menores el 12 de diciembre de 1960.
Posteriormente hizo su profesión solemne religiosa el 12 diciembre de 1963 y
realizó su ordenación sacerdotal el 23
de diciembre de 1967.
Dedicado plenamente a la vida
sacerdotal, Fr. Anselmo Díaz desempeñó de forma ejemplar diversas actividades
en la orden franciscana, tales como formador de novicios y estudiantes,
párroco, superior y guardián en diferentes casas franciscanas en Cusco,
Arequipa y Lima. Entre sus obras sociales destacan su participación en la
fundación del comedor de los pobres en el Convento San Francisco de Lima.
También trabajó como director del Museo San Francisco y Catacumbas de Lima y
brindó su asistencia espiritual a la Hermandad de Caballeros de San Judas
Tadeo.
Entre los años 2000 al 2006 fue
Superior Provincial de la Provincia Franciscana de los XII Apóstoles del Perú
para luego desempeñarse como padre guardián del Convento de San Francisco de
Lima. Sus restos mortales son velados en
la Capilla del Milagro, donde la comunidad de frailes franciscanos realizará
los oficios religiosos correspondientes para darle cristiana sepultura. El
martes 28 a las 3 pm será la santa misa de cuerpo presente en la basílica San
Francisco de Lima, ubicado en los jirones Lampa y Áncash.
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